Daisy Sánchez Collazo

Expresiones de la portavoz alterna del MVC en la legislatura municipal de San Juan en asamblea ordinaria del 20 de junio de 2025.

A los sanjuaneros y sanjuaneras que nos ven y escuchan, y en especial a quienes forman parte de la comunidad LGBTQIA+:

La delegación legislativa municipal del Movimiento Victoria Ciudadana se une con firmeza a la moción para felicitar a la comunidad LGBTQIA+ en la conmemoración del Mes del Orgullo, celebrado cada junio tanto en Puerto Rico como a nivel mundial.

Esta celebración no es solo un acto simbólico: es una reafirmación de nuestro compromiso con un colectivo que ha sido ejemplo de resistencia, dignidad y lucha por la equidad, incluso frente a gobiernos que intentan revertir los avances conquistados con tanto sacrificio.

Más allá de una felicitación merecida, nuestra delegación ha manifestado su oposición categórica a medidas regresivas como la llamada Ley de Libertad Religiosa, impulsada por el gobierno de Jenniffer González Colón. Esta legislación permite que individuos y negocios nieguen servicios, empleo e incluso atención médica basándose en creencias personales. Para la comunidad LGBTQIA+, esto se traduce en la posibilidad real de ser rechazados en espacios públicos, excluidos de oportunidades laborales o privados de servicios esenciales, sin que existan consecuencias legales para quienes les discriminan. Esta situación no solo perpetúa la marginación, sino que normaliza la discriminación bajo el pretexto de la fe.

En respuesta, hemos presentado el Proyecto de Ordenanza Núm. 48, aún sin ser considerado en las comisiones correspondientes. Esta propuesta busca reconocer formalmente los disturbios de Stonewall del 28 de junio de 1969 como el punto de partida del movimiento moderno por los derechos civiles de las personas LGBTTQIA+. Aquella noche en Nueva York, personas trans, lesbianas y gays —muchas de ellas racializadas y empobrecidas— se rebelaron contra la brutalidad policial. Entre ellas, figuras como Sylvia Rivera, activista puertorriqueña transgénero, y Marsha P. Johnson, afroamericana y “drag queen”, se convirtieron en símbolos de una lucha que aún continúa.

La ordenanza también honra a figuras boricuas fundamentales como Christina Hayworth, Angie Xtravaganza y la Dra. Rosalina “Talin” Ramos, cuyo activismo ha dejado una huella imborrable en la historia del movimiento. Reconocerlas no es solo un acto de justicia histórica, sino un recordatorio del impacto puertorriqueño en esta gesta global.

Entre las medidas concretas que propone la ordenanza se encuentra declarar el 22 de junio como el Día Municipal de las Libertades y la Comunidad LGBTTQIA+, acompañado del izado de la bandera arcoíris en todas las dependencias municipales. Además, se propone renombrar la Plaza de la Libertad como Plaza de la Libertad y los Derechos Humanos de las Personas LGBTQI+, dotando al espacio urbano de una dimensión conmemorativa y pedagógica.

En el ámbito educativo y comunitario, la ordenanza —presentada a petición de organizaciones como la Coalición Orgullo Arcoíris— impulsa la implementación de talleres extracurriculares orientados al respeto de las diversidades dentro del sistema educativo municipal. Esta propuesta busca trascender la tolerancia pasiva y fomentar una pedagogía activa del respeto y la convivencia, sembrando desde la infancia las bases de una sociedad más justa y equitativa.

Asimismo, se hace un llamado a la acción colaborativa. La Legislatura Municipal convoca a las organizaciones LGBTIQ+ a construir conjuntamente políticas públicas más inclusivas. Este diálogo abierto con la sociedad civil fortalece la democracia participativa y reconoce el rol esencial que estas organizaciones desempeñan en el tejido social puertorriqueño. Agrupaciones como el Colectivo Orgullo Arcoíris, Pride Boquerón y Waves Ahead son pilares de una ciudad más diversa, solidaria y resiliente.

Finalmente, esta ordenanza apela a una dimensión intergeneracional: la responsabilidad de dejar a las futuras generaciones una ciudad más libre, segura y respetuosa. Porque la lucha por la dignidad no se hereda: se construye, se defiende y se honra.